El desempleo del 7.2%iva representa una cantidad de 76 mil personas, que no reciben ningún ingreso para subsistir. ¿Y cómo le hacen? Si no tienen la manera de resolver sus problemas, el camino del estallido social ya estará preparado
José Luis
Jara
La clase
trabajadora mexicana y sonorense en particular, llega a este primero de mayo en
situaciones de tragedia, en especial por el problema del desempleo que campea
en la entidad, de alrededor del 7.2% de la Población Económicamente Activa.
Leonardo
Coronado Acosta, doctor en Ciencias Económicas, profesor investigador de la
escuela de economía de la Universidad de Sonora, puntualizó que el desempleo es
el problema principal que afecta a la clase trabajadora sonorense y mexicana.
En la
actualidad, añadió, el problema del desempleo se ha extendido a los países
desarrollados, es un problema mundial. Y hablar del desempleo del 7.2 por
ciento de la población en edad de trabajar, es una tragedia
-¿Una
tragedia?
-Aquí
tenemos un mito que se ha creado por los índices de desempleo que se manejan en
países europeos, que hablan de un 20 por ciento. La diferencia es que en esos países
desarrollados, el desempleo se mitiga con apoyos que otorga el gobierno de esos
países, de tal forma que, aún desempleados, la gente percibe dinero. Eso ocurre
allá. Pero aquí en México y en los países subdesarrollados, no existe ese tipo
de subsidios.
El maestro
universitario puntualizó que ese 7.2 por ciento de la población económicamente activa
representa alrededor de 70 mil personas,
distribuidos en la entidad. Esas 70 mil personas no tienen ingresos por ningún
lado, pero tienen la necesidad de comer, vestirse, de cubrir las necesidades
básicas que todos tenemos.
-¿Y de qué
está viviendo esa gente?
-La gente
no siente el problema tan grave porque
hay mucho crédito. Se llega al grado de estar reestructurando y reestructurando
las deudas de esos créditos. Y el riesgo lo estás cocinando porque va a llegar
el momento en que ya no se va a poder pagar. Como ocurrió en Estados Unidos en
2008. El crecimiento se sustentó en bienes y raíces, hubo muchos créditos y la
gente compró casas. Luego no pudo pagarlas y reestructuró la deuda. Hasta que
llegó el momento en que no pudo seguir pagando y el sistema entró en crisis.
¿Y esto a dónde nos lleva?
-Así como se están dando las cosas, como está
trabajando el gobierno federal y el del estado, el problema se va a
profundizar. Las autoridades no están mirando el problema, no sienten lo que
está pasando. Va a llegar un momento en que la población va a entrar en una crisis
de pago, porque a pesar de que tengamos una elevada capacidad de compra, se nos
está reduciendo la capacidad de pago
Este problema –agregó el académico- no lo están
mirando las autoridades, porque lejos de actuar de acuerdo a esa circunstancia,
deciden aumentar considerablemente los impuestos, a crear o disfrazar
verdaderos atracos al contribuyente.
De acuerdo a la dinámica económica de la
entidad, dijo, la tendencia marca que empieza a perderse el poder de compra de
la gente, a no haber empleos, a reducir los empleos. La tasa de desempleo es
alta, del 7.2 por ciento.
Para él, un país como México no debe de pasar
del 3% en su tasa de desempleo, porque la población que representa ese
porcentaje, llega a conformar una tragedia.
Por ejemplo, en el caso de Sonora, el desempleo
del 7.2 por ciento de la población económicamente activa representa una
cantidad de 76 mil personas, que no reciben ningún ingreso para subsistir. ¿Y
cómo le hacen? Si no tienen la manera de resolver sus problemas, el camino del
estallido social ya estará preparado.
-¿Económicamente hablando, que está pasando?
-En términos generales, la capacidad de
producción de la planta manufacturera del estado, no está rindiendo. No hay
empleo, se necesita haber un cambio, con empresas o industrias conectadas a la
cadena productiva local.
-¿Y los derechos laborales?
-La lógica con que ha venido reestructurándose
la economía desde los ochenta ha sido sin beneficiar las necesidades de los
trabajadores. La defensa de sus derechos se quedó supeditada a los intereses de
la empresa. Las organizaciones
sindicales, como la CTM, aceptaron esas condiciones.
En los años noventa se da prioridad a las
empresas conectadas al exterior, fue la entrada del Tratado de Libre Comercio,
y se sentaron las bases para que cualquier crisis que se presentará en el
ámbito internacional, repercutiera en la
economía local
A partir del 2000 ya estamos en un modelo donde
no hay forma de regulación. No hay política industrial propia y lo que se está
haciendo es paliar la situación, con programas que van a la changarrización de
la economía.
Se están otorgando préstamos para que la gente
ponga su negocio, su máquina para hacer tortillas, su carrrito de hotdogs, pero
no hay una política central que permita jalar toda la economía.
Por el lado de las empresas conectadas al
extranjero, concretamente las maquiladoras, donde el modelo termina agitándose
por diferentes cuestiones: La dinámica de trabajo es tan fluida tanto
trabajador. Se está generando el desempleo y no se está dando la recuperación
del empleo en el sector, apuntó.
El desempleo, añadió, está impactando más a las
ciudades más dinámicas, como Hermosillo, Nogales y San Luis Río Colorado,
porque son las que tienen más relación con el exterior.
-¿Cómo impactan los problemas políticos a la
economía?
-Lo que está impactando son los resultados de
los impuestos. Tenemos desde el 2000 a marzo de este año con una caída del 15
por ciento del poder adquisitivo del salario. No parece mucho pero las tarifas
del sector público están dentro de la canasta básica, pero se diluye entre los
dos mil productos de la canasta.
Existen otras situaciones que afectan al
trabajador. Por ejemplo, las prestaciones que reciben se les aplican un
impuesto sobre la renta. Lo mismo se graba a otros beneficios como becas.
Por otra parte, se ha generado un problema con
personas que viven en la calle. Como se han reducido los apoyos a los albergues
donde se atiende a indigentes, se ha reducido el apoyo a los servicios médicos
y medicinas, por las calles hay mucha gente que mendiga dinero para curarse
alguna enfermedad. Y la gente ya está acostumbrándose a tener un peso para esas
personas. Y de peso en peso, todos los días, ya marca en los gastos.
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