José Luis Jara
¿Cuándo se había visto una represión como ésta,
cuándo?
Era la preguntaba que lanzaba Rebeca Villanueva en los
momentos más críticos de la caravana por No+Impuestos que realizaron ayer.
Se convocaron a las tres de la tarde por el bulevar
Kino y Periférico, con el objetivo de realizar una caravana para protestar y
exigirle al Congreso del Estado para que sesione de manera extraordinaria, a
fin de tratar la demanda que tiene el movimiento de Los Malnacidos: la
derogación de la tenencia disfrazada y el no aumento a los impuestos.
De ahí partieron cientos de autos, muchos de ellos
rayados con crayolas con mensaje francamente directos al gobernador y
diputados. Otros con cartulinas pegadas con cinta o camisetas que los
identificaba a leguas. Yo soy sonorense Malnacido rezan Y para evitar cualquier
duda, por la espalda, con letras que utilizan periódicos sensacionalistas, se
portaba la consigna que une a este movimiento: No Más impuestos.
La mayoría de ellos, gente de la clase media que se
niega a pagar la tenencia. Que tienen más de 40 días empujando estas jornadas
contra viento y marea, contra bota y escudo de los granaderos.
La idea de la caravana por No+Impuestos era llegar al
estadio de béisbol, donde se celebra la jornada pelotera de la Serie del
Caribe. Primero, el llamado era el boicot. Ahora, la idea fue presionar, dar a
conocer a todo el mundo la política fiscal que se vive en Sonora.
Pero la respuesta del gobierno se dejó sentir. Desde
las tres de la tarde, un helicóptero de la procuraduría del estado anduvo
sobrevolando la ciudad, vigilando la caravana de los Malnacidos.
Fue todo un operativo de la procuraduría, auxiliada
con granaderos de la Policía Federal. Echaron a trabajar un helicóptero que no
dejo de volar y gastar gasolina, una gran cantidad de vehículos de la Policía
Municipal, de la Estatal Investigadora y de la federal.
Ustedes no pasan
La respuesta policiaca fue firme. Bloquearon el paso
de la caravana por No+Impuestos por el bulevar Colosio y Sahuaripa. La policía
municipal instaló vallas metálicas cruzando todo el Colosio. Y los autos de la
caravana se toparon con ellos. Apagaron los carros y en masa, fueron a reclamar
a la policía municipal. Jalaron las vallas,
se empujaron con la policía y verbalmente, les gritaban que se fueran a
reprimir narcotraficantes no al pueblo.
Váyanse al Sásabe les recomendaron, como diciéndoles váyanse
al demonio.
Eso es lo que nos ofrece el señor gobernador, espetó
Rebeca Villanueva con el megáfono. ¿Por qué no les hace esto a los narcos, por
qué a nosotros que somos ciudadanos libres?
Luego se dirigió a los agentes municipales y
estatales: También estamos luchando por ustedes o ¿acaso no tienen carros
ustedes?
Los Malnacidos buscan una y otra manera de romper el
cerco. Jalan las vallas, enfrentan a policías, hasta una señora, con su hija en
los brazos, desafía a la policía.
Pero los granaderos se quedan firmes, con el escudo
por delante y las rodillas flexionadas, en posición de ataque.
Entonces los Malnacidos deciden sentarse en el
pavimento, a dar declaraciones a los periodistas, a reclamar al gobierno la
falta de tacto.
Y a la distancia, se escucho una orden, como las que
se escuchan en las películas militares:¡Alto, ya! ¡Flanco izquierdo, ya!
Eran 60 policías federales equipados con todos los
aditamentos para reprimir: escudos con sus letras grandes de POLICIA. Casco con
vidrio protector, vestidos de negro y formados en tres largas filas de 20 cada
una.
Los Malnacidos empezaron a gritar consignas, a llamar
a la unidad: El pueblo, unido, jamás será vencido. El resto de los malnacidos
acuden al llamado y deciden buscar la manera de romper el cerco.
Unos logran cruzar la barrera policiaca. Y en el otro
lado hablan con un jefe policiaco que no da su nombre. ¿Quién lo manda a usted?
¿Lo manda el gobernador o lo manda Peña Nieto? El jefe policiaco no responde, a
leguas se nota que el dialogo es la virtud del que porta la placa.
Los Malnacidos se reagrupan de nuevo para improvisar
un mitin y tomar decisiones.
Rebeca tomó el megáfono y preguntó: ¿Cuándo se había
visto una represión de esta magnitud en Sonora?
Nos tienen secuestrados, grito otra señora. Y la frase
se convirtió en un coro que se extendía por el bulevar Colosio.
Sólo faltaba que el hilo se reventara por lo más
delgado. La crónica a través de las redes sociales convocó a más gente. Y entre
esas personas que llegaron, también llegó el visitador de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos. Desde la ciudad de Nogales se vino Jesús Gavino Cabanillas
con el objeto de ser observador de los acontecimientos.
El grupo de inconformes habló con él, le reclamaron la
atención para que actúe en consecuencia.
Hasta ahí el asunto con el visitador. Ante el bloqueo
que estaban sufriendo, los Malnacidos se reúnen entre la gente, buscan
acuerdos lo logran: Vámonos para el
Colosio y la Quiroga.
¿Cómo? Preguntaron unos. Buscando el camino se
dijeron, pues no querían dar pistas a la policía del acuerdo que estaban
tomando.
Entonces, cada quien abordó su auto para buscar el
camino al bulevar Colosio y Quiroga.}
Y aquí empezó de nueva cuenta el accionar del
helicóptero, el patrullaje de la ciudad, pues su objeto fue el no dejar pasar
la caravana de No+impuestos al estadio de beisbol, donde había juegos de la
Serie del Caribe.
Con el apoyo del helicóptero, la policía se pudo
adelantar al punto que los Malnacidos habían acordado para reunirse. En el
crucero del bulevar Colosio y Quiroga, los vehículos policiacos ya estaban
apostados. Los granaderos ya tenían copada las calles y los Malnacidos se
quedaron frente a ellos, sin poder llegar al estadio.
Ahí llegó el visitador de la Comisión Estatal de
Derechos Humanos. Prácticamente dijo las mismas palabras que el visitador de la
CNDH, que estaba para observar que no se violaran los derechos humanos.
También llegó un subprocurador de apellido Verdugo. No
quiso hablar, sólo señaló que andaba supervisando que no se violaran los
derechos humanos.
Los granaderos no dejaron pasar a los Malnacidos. Y estos
empezaron a arengar a la gente, a cantar el Himno Nacional. Sonora Querida se
convirtió en una canción de protesta.
Y el helicóptero no dejó de volar, un agente no dejó
de tomar videos a la gente, dio tantas vueltas como diciendo no se pasen de la
raya porque no los vamos a dejar.
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