Plegarias de
damas concesionarias para que gobernador ablande su corazón
Te pedimos
señor, que abras su corazón…
Tú eres el
señor de los imposibles señor
El señor
gobernador también es humano señor
Quizás no les
has abierto las puertas de su corazón, señor…
Eran más de las nueve de la mañana. Las damas de
blanco ahora son las demás de negro. La nueva manera de protestar y exigir que
a los concesionarios del transporte urbano les entreguen los 54 millones de
pesos que le deben, es la oración.
-¿Orar por el gobernador? –preguntamos algo
incrédulos.
-Sí –respondió una de ellas. Es para que se le ablande
el corazón.
Primero llegaron a la plaza Alonso Vidal, donde se
realizaba un evento encabezado por el alcalde Alejandro López Caballero. Era la
presentación del nuevo esquema de seguridad pública para Hermosillo.
Se decía que iba a llegar el gobernador Guillermo
Padrés. Pero la presencia de las damas de blanco, que ahora llegaron de negro,
eliminó esa posibilidad. Ellas optaron por ir a protestar a las puertas de
palacio de gobierno.
Quisieron encender veladoras pero el viento no las
dejó…
No cierran
las puertas, señor
Nos miran muy
feo, señor
Los guardias
nos ven como bichos raros, señor
Pero aquí
estamos señor…
-¿Y por qué vienen de negro, señora? –le preguntamos a
Beatriz Paredones, una de las concesionarias
-Porque el diálogo está muerto y estamos de luto –respondió
cuando enfilaba a palacio.
Se tomaron de la mano para unir sus voces.
Beatriz Paredones encabezaba al grupo de mujeres.
Antes de realizar la plegaria decidieron
ir al evento del alcalde. Fueron a asomarse por si por ahí andaba Guillermo
Padrés.
Ahí fue cuando Paredones empezó a dar declaraciones.
Denunció al gobierno, como lo han venido haciendo desde hace meses.
“Están gastando un dineral en terceras personas. ¿Por
qué no nos dan el recurso que nos deben para echar andar las unidades del
transporte? Lo que pasa es que en su desesperación (del gobernador) le dio 40
millones de pesos a un particular.
Ellas habían convocado a las 8:30 de la mañana para
realizar una oración por el señor gobernador. Pero se les atravesó este evento
de López Caballero y pospusieron la plegaria para las nueve.
-¿Por qué una plegaria
para el señor gobernador?
Graciela Rascón, una de las concesionarias del
transporte urbano e integrante de las damas de blanco, se encargó de responder:
-Es una oración porque las leyes de la tierra no las
quieren hacer funcionar. Vamos a pedir a la ley divina para que le ablande el corazón al
gobernador, porque ya está afectando a muchas personas.
-¿Y antes de entrar a esos terrenos, aquí en la tierra
que le reclaman al gobernador?
-El llamado que le hacemos al señor gobernador –respondió-
es que entienda que el problema no es nada más de nosotros, los concesionarios.
El problema es de su pueblo y el problema es de él porque se trata de la
movilidad de las persona.
El pueblo no tiene cómo transportarse, es un pueblo
que batalla para llegar a su trabajo, es un pueblo de trabajadores que pierde
bonos de puntualidad si llega tarde. Es una situación bastante complicada.
-Ustedes piden el subsidio pero el gobierno dice que
tienen una deuda con él –se le dijo.
-Que demuestre que tenemos deudas con el gobierno. Si
sale una deuda le entramos a negociar y se paga, pero eso lo tienen que comprobar.
-De ese punto no se quiere mover el gobernador ni
ustedes. ¿Qué sigue?
-Vamos a protestar aquí para hablar con él (gobernador) hasta llegar a su corazón.
-Dicen que ustedes representan a un pulpo de
camioneros.
-En realidad somos familias enteras que estamos en
esto, porque nuestra economía familiar depende del camión que tenemos.
-No entiendo eso de querer destruir familias…
-Es muy obvia la situación –respondió. El secretario
de gobierno, Roberto Romero, quiere apoderarse del negocio.
A la altura de esta pregunta, las damas concesionarias
ya estaban en círculo, no muy redondo,
porque estaba la calle con autos circulando.
Querían encender unas veladoras. Le daban clic a un
encendedor, pero no salían ni chispas de él. Hasta que decidieron tomarse de
las manos, cerrar el círculo codo a codo y a pedir por el gobernador Guillermo
Padrés…
Te pedimos,
señor, que le toques la puerta de su corazón…
Te pedimos
que se lo ablandes
También te
pedimos señor
Que les
ablandes el corazón a los guardias señor
Ya nos ven
como bichos raros señor.
Te pedimos
señor que abras el entendimiento de todas
aquellas que tienen algún poder.
Te pedimos
señor que podamos tener un diálogo directo porque ya estamos cansados de tanto
mandadero.
Los
vigilantes de palacio hacían mutis cada vez que los señalaban. Tienen la orden de
no dejar pasar a nadie.
Pero las
damas de blanco confían que sus rezos no serán detenidos. Llegarán al corazón
del gobernador.
No te estamos
pidiendo nada imposible, señor
Porque te lo
pedimos a ti señor, señor de lo imposible.
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