En la campaña histérica que se trae el grupo conservador contra los libros de texto, se encuentra una realidad atroz para ellos. Existe una fuerte división que ha salido a flote en el proceso de selección de sus precandidatos presidenciales, que ha llegado al borde de ponerlos en jaque y hacer de la Xóchitl Gálvez una candidata nonata, repudiada por sus creadores antes de nacer.
La manera de encubrir este proceso de auto liquidación es emprendiendo una campaña del miedo contra los nuevos libros de educación primaria. Esa histeria es propia de cuando una hiena herida comienza con sus estertores, aspirando fuertemente un oxígeno que no llega, pues no han logrado cuajar entre la sociedad su proyecto de gobierno.
Además, en esta campaña de miedo, hay changos que se quieren colgar de esta liana para pelear por sus intereses particulares. Ha salido ferozmente el grupo de Ricardo Salinas, quien ha empleado el poder desinflado de sus medios de comunicación. TV Azteca ha sido la fuente de mensajes de histeria utilizando figuras propias de la década de los 50s y 60s del siglo pasado. La campaña contra los libros la han convertido una campaña contra un fantasma que recorre las neuronas de este Ricardito, asustadas por la amenaza del SAT por los miles de millones que debe este grupo empresarial a las arcas de hacienda.
Los estertores del grupo salinas son como la de los gallos cuando quieren maíz.
En otro bando, bando porque se comportan como verdaderas mafias, se encuentra la del mecenas del grupo conservador, Claudio X González, quien ha subido de tono sus quejas contra los libros de texto tendiendo una capa para cubrir y tratar de superar la crisis en que metió al ala conservador, después de sus comentarios en Twitter contra los priistas.
En la cuenta de este mantenido por el Fobaproa se lanzó, como siempre, contra Morena. Pero en su caminó embarró al PRI sin medir las consecuencias. Dijo: “Vaya descaro… nunca, ni en los terribles tiempos de Peña Nieto, ha habido tanta corrupción y despilfarro. Morena no nada más está repleto de ex-priístas, es la peor versión del PRI”.
Para luego, el dirigente formal del tricolor, Alejandro Moreno, respondió: “Estás equivocado @ClaudioXGG. En el PRI hay priistas calificados, profesionales y eficientes, que le dieron y le siguen dando a México grandes décadas de trabajo, desarrollo y crecimiento”.
Este mensaje sacó a flote la dura crisis que está enfrentando el bloque opositor. Y esa crisis brotó como burbuja este 9 de agosto en el proceso de seleccionar a los precandidatos que seguirán en la contienda en la segunda parte de su proceso.
Los perredistas Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles; Francisco Cabeza de Vaca, que se encuentra indiciado, y Jorge Luis Preciado del PAN, que se habían inscrito en este asunto protestaron ante el comité organizador. Manifestaron sus inconformidades respecto a la decisión que tomó este miércoles el comité organizador del proceso de elección del candidato de oposición que estará en la boleta electoral de 2024.
La denuncia de Mancera es clave, porque muestra la realidad de la farsa conservadora.
En su cuenta de Twitter manifestó su inconformidad y remató escribiendo: “Desconozco en qué esfera de poder se tomó la decisión” de seleccionar a los panistas Xóchitl Gálvez y Santiago Creel, así como a los priistas, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid, para pasar a la siguiente fase.
Días antes, el entonces panista, Jorge Luis Preciado denunció un secreto que se conocía a voces, después de renunciar a este proceso de selección y a su militancia de 29 años en el PAN. Dijo en el programa Los Periodistas: a los medios de comunicación en la CDMX: “Es clarísimo que la plataforma es absolutamente manipulable y está diseñada para que haga la voluntad de Marko (Cortés) y haga la voluntad de Alito (Alejandro Moreno Cárdenas), entonces no se puede seguir en un proceso que es absolutamente fraudulento. No tengo nada en contra de los precandidatos, lo que estoy diciendo es que el proceso en si está totalmente manipulado, es una farsa, una simulación a la que no me voy a prestar.
En pocas palabras, el frente amplio conservador pasó reprobado en esta primer fase de selección de su candidato. Lo que se ha denunciado desde las mañaneras se está cumpliendo al píe del guion, que parece les fue revelado por el presidente de México. López Obrador dijo que este proceso ya estaba planchado, que sería la Xóchitl Gálvez, la elegida por el dedo de Claudio X González.
Esta crisis conservadora, que llega la histeria de sus mensajes, se ha querido esconder bajo el polvo de una campaña intermitente de miedo. Primero dijeron que el presidente sería culpable de un atentado contra la Xóchitl. Ahora se lanzan en campaña convulsiva contra los libros de texto.
Los conservadores ya muestran sus jadeos en esta carrera presidencial. Por eso, no hay que temer ni enrolarse en su campaña al estilo de Adolfo Hitler. Pero a la vez, no hay que confiarse de un animal herido de muerte política.
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