Desde que Xóchitl Gálvez tuvo la osadía de decir que la regla de oro para integrar su gobierno se basará en que no entrarán ni rateros, ni pendejos ni huevones, el mensaje se entendió al revés, pues son sabias las palabras de los dichos que dicen dime de que hablas y te diré quien eres, o dime de que presumes y te diré de qué careces.
Y como respuesta del karma, el mundo se le empezó a venir encima. Se le vino el reportaje que habla de la casa roja de Xóchitl, de tal suerte que la ironía le empezó a armar una mala jugada.
El mundo se le vino encima cuando la periodista Daniela Barragán publicó un reportaje sobre las sospechas que existen en dos propiedades de Xóchitl Gálvez. Dos propiedades con diversas anomalías y que guardan dos promesas incumplidas y permisos otorgados bajo su administración en la delegación Miguel Hidalgo.
La periodista dice que su reportaje habla de la historia de dos casas, una que sería para ayudar a niños en la pobreza y que terminó en manos de la sobrina del expresidente Felipe Calderón; la otra está sostenida con irregularidades, pero que días después se señaló que la candidata conservadora obtuvo esa casa como producto de su supuesto tráfico de influencias.
Xóchitil respondió de manera insegura, con una irreverencia conservadora que se parece mucho a la lengua locuaz de Vicente Fox. Se proyecta como irreverente ante la autoridad pero en el fondo existe la vulgaridad de un léxico ramplón e insolente.
Es la famosa casa roja de Xóchitl Gálvez.
Después de publicado el reportaje de Daniela Barragán en Sin Embargo, el exdelegado de Miguel Hidalgo, el morenista Víctor Hugo Romo, se colgó de la liana y brincó al escenario. Aseguró en mensaje de video en su cuenta de X que las candidata del frente conservador adquirió esa casa en una exclusiva zona de la Ciudad de México. Gracias al tráfico de influencias supuestamente compró esa residencia, aún con el conocimiento de que era ilegal, a un precio de 10 veces más de lo que ella gana como senadora.
El mismo morenista denunció que Xóchitl Gálvez habría otorgado los permisos para la construcción de un complejo de lujo con valor de 75 millones de pesos (mdp), pero en el año 2020 se negó el uso y la ocupación del inmueble, pues se le acusó que el complejo era ilegal y no podía habitarse.
Romo indicó que la constructora del complejo residencial también contrató a las empresas de la senadora, High Tech Services y Operación y Mantenimiento a Edificios Inteligentes (OMEI). Y pese a las irregularidades, Xóchitl supuestamente compró la residencia.
Y de acuerdo con el reportaje de Daniela, la propiedad no figura en la declaración patrimonial de la panista que se niega a dejar el senado.
Con esta cola que se está pisando Xóchitl, es que le damos dimensión al dicho: habló de que no estarán con ella rateros, y eso es lo que, al parecer, es ella misma.
Ahora, imagínese que tan duro es el karma porque hay otras indicaciones contra Xóchitl. Son las acusaciones que le refrescaron por el presunto tráfico de influencias y corrupción que ejerció cuando era delegada de la Miguel Hidalgo. Se ha ventilado que el resultado de esos movimientos oscuros, le han resultado alrededor de mil 400 millones de pesos para las empresas de la conservadora.
Ah, pero en el frente conservador, existen más presuntos amantes de lo ajeno. Se fraguan como hermanos del señor, pero destacan sus afectos al enriquecimiento que sólo se explican con transas y corruptelas.
Es así como dejamos a Claudia y entramos con Claudio. Éste de apellido X. González. Beneficiado con el Fobaproa, presuntas evasiones fiscales por 400 mil millones de pesos y con el uso de recursos provenientes del Conacyt para mejorar la tecnología para la fabricación de sus pañales Kymberly Clark.
Fue en la época del presidente Felipe El alcohólico Calderón cuando los Claudio X González, padre e hijo, recibieron 36 millones de pesos para mejorar los principales productos de la empresa familiar Pañales desechables y papel higiénico, mediante un subsidio a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, como parte de los estímulos que otorgó al sector privado.
Claudio hijo es el personaje que encabeza al Frente Amplio por México. Fue el que tuvo el poder del dinero para mezclar al PRI, PAN y PRD, bajo los auspicios de los oligarcas que han sido beneficiados por las políticas neoliberales de los últimos sexenios.
Su entrada a la política mexicana es como la de los pistoleros del viejo oeste gabacho. Entran a la cantina y disparan contra todos con la impunidad que le da el peculio y la protección de los antiguos gobernantes.
Ha actuado en contra del mismo PRI, como lo hizo contra Peña Nieto cuando era presidente. En reacción a ello, el presidente bombón ordenó una investigación contra la familia González.
Los resultados esa investigación se expusieron en una mañanera. No fue el presidente el que lo denunció. Fue un periodista de la revista Contralínea que expuso en la mañanera del 4 de marzo de 2021 que Peña Nieto ordenó una profunda investigación sobre el clan Claudio X. Gonzáles.
La fiscalía peñista centro su pesquisa en Claudio abuelo, Claudio hijo y Claudio nieto. Todo un clan. Le integraron un expediente de mil páginas donde constan los movimientos financieros, bancarios, discales, viajes al extranjero, fideicomisos, residencias, oficinas, aviones de su propiedad y a la organización de mexicanos contra la corrupción.
De acuerdo con la pregunta del reportero, en la investigación se dieron cifras de aproximadamente 400 mil millones de pesos que se dejaron de pagar impuestos en los últimos dos sexenios. El mismo López Obrador se ha referido a la organización que dirige Claudio debería llamarse Frente a favor de la corrupción, poque esa familia se ha beneficiado de los gobiernos anteriores con exenciones de impuestos.
Con lo dicho hasta aquí de Claudio, podemos deducir que este seudoburgues, digo seudo porque realmente es un empresario que ha dependido del gobierno no del éxito de sus empresas, fácilmente cumple los requisitos para pertenecer al cártel de los rateros.
Vayamos ahora con otros dos personajes de este cártel que se mantienen en el frente conservador. Uno es Miguel Ángel Gurría, el otro, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Gurría o ángel de la dependencia, es el operador en la elaboración del programa de gobierno que propondrá Xóchitl Gálvez. Precisamente, este oscuro personaje fue el titular de Hacienda en la presidencia de Ernesto Zedillo, cuando se aprobó uno de los mayores endeudamientos para los ciudadanos: el Fobaproa, en 1998.
Gurría fue el artífice de la venta de ferrocarriles, además de gozar de una pensión indecorosa. Y García Cabeza de Vaca fue gobernador de Mataulipas, perdón Tamaulipas, a quien acusan de corrupción y de proteger al narco en ese estado. Últimamente sacaron a relucir que es propietario de un predio donde se han encontrado cadáveres de personas que fueron desaparecidas en esa entidad.
El perfil de estos personajes del frente conservador podríamos integrarlos en el cártel de los rateros.
Si Xóchitl Gálvez dijo que su regla de oro es que en su gobierno no entrarán rateros, huevones y pendejos, entonces ya estamos viendo la sangre que sale de su lengua.
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