Marcelo Ebrard está escribiendo una historia que ya
conocíamos. Las estrategias de desestabilizar el proceso de elección del coordinador
o coordinadora de la 4T se parecen mucho a la estrategia que aplicó Manuel
Camacho Solís. El objetivo actual de Ebrard es reventar la elección de Claudia Sheinbaum,
como Camacho pretendió reventar la candidatura de Luis Donaldo Colosio en 1993.
El objetivo no es cualquier cosa porque se pretende, digo y recalco
la frase “se pretende”, desquiciar el proceso en la que Claudia resultó ampliamente
triunfadora.
En, 1993 año Camacho dijo falsamente que no buscaría
candidaturas en la actual contienda cuando Colosio fue designado candidato por
Carlos Salinas.
El caso que nos puede dar un indicio de lo que puede pasar
en la actualidad, es ver si se coincide ahora, con la manera en que Salinas
actuó ante la inminente ruptura con Camacho.
En aquel tiempo se le dio hilo al papalote. A Camacho lo
designaron comisionado presidencial para la paz, debido al levantamiento
zapatista en Chiapas. Fue un papel que le sirvió para postularse como un buen
negociador y arrebatarle los escenarios políticos al candidato presidencial.
Hasta ahora, Claudia Scheinabum se han portado amable con
Marcelo. Le ha dado mensajes de que las puertas siguen abiertas. El presidente
ha ido más allá. Además de abrirle las puertas, lo ha proyectado como un
excelente servidor público, que le ayudó mucho en la Secretaría de Relaciones
Exteriores y otras anécdotas con que lo ilustra en las mañaneras.
¿Sin embargo, se podría interpretar que a Marcelo le están
dando hilo para que vuele su papalote?
El mismo líder de Morena, dijo que recomendó a la comisión
de estatutos que atiendan bien la petición de Marcelo.
Todo indica que Marcelo Ebrard quiere reventar la candidatura
de Sheinbaum como Camacho quiso reventar a Colosio.
Ya anunció que realizará una gira por el país para integrar
un movimiento progresista, pero los entretelones de este escenario, se esconde
la intención de viajar al mismo tiempo que Claudia para hacer una campaña de
desprestigio contra la coordinadora de la alianza basado en el uso de recursos
públicos para su promoción política.
Será una batalla campal, basada en la grilla vulgar contra Claudia
que será aprovechada por los medios informativos de los conservadores para
desprestigiar sin misericordia al presidente López Obrador y su candidata.
Claro, la utilizarán para impulsar a Xóchitl Gálvez como una
alternativa presidencial o, por lo menos, asegurar algunos curules en el poder
legislativo.
Pero Marcelo ya dijo que su nombre aparecerá en la boleta, como
quería Camacho.
Pero el teatro de Marcelo ya empezó a rasgarse. Los
encuestadores que contrató la alianza de Morena, PT, Verde Ecologista,
empezaron a hablar para defender su prestigio. Camacho los acuso de tener
responsabilidad en las irregularidades y ellos salieron en su defensa.
Por ejemplo, el director de la encuestadora De las Heras Nemotecnia,
Rodrigo Galván dijo directamente que Marcelo Ebrard tenía la firme intención de
reventar el proceso desde el día uno, pues siempre se mostraron hostiles con
las personas encargadas de realizar las encuestas. “Yo estuve todos los días de
7 de la mañana a 7 de la noche soportando ataques del equipo de Marcelo. Él
sabía que la encuesta no la iba a ganar”.
En entrevista con el programa de Los Periodistas, en You
Tube, habla de la denuncia que hizo Ebrard en el sentido de que su gente fue
reprimida por la policía. Rodrigo Galván detalló que los integrantes del equipo
de Marcelo Ebrard abandonaron el salón del WTC a los 20 minutos de haber
iniciado el conteo de las tendencias luego de percatarse de que su aspirante
tenía una clara desventaja ante Claudia Sheinbaum, aun cuando el acuerdo había
sido permanecer dentro del lugar hasta que culminara todo.
Abundó: “A los 20 minutos de que estábamos allá adentro,
estos señores se pararon y se salieron del salón, ellos sí estaban adentro del
salón y se salieron. A Malú (Mícher, representante de Marcelo Ebrard) no la
dejaron entrar porque no dejaron entrar a nadie más que a las cinco personas
que habían puesto para revisar las urnas.
El miércoles pasado el propio Marcelo Ebrard y la Senadora
Malú Micher afirmaron que se les impidió el paso al salón donde se realizaba el
recuento de las boletas a los miembros del equipo el excanciller. Inclusive
acusaron que fueron agredidos por elementos de la Secretaría de Seguridad
Pública de la Ciudad de México, algo que desde un inicio fue negado por Durazo
y por los notarios presentes en el WTC.
Después de un silencio que guardó, para consultar a sus
bases. Marcelo habló claramente. Dijo que va a iniciar una gira nacional, al
mismo tiempo que la gira de Claudia. Evadiendo su responsabilidad, dijo, que
esperará a que Morena decida sobre la queja que interpuso por el proceso
interno para decidir si se va o se queda en Morena. Pero mientras, según
indicó, fortalecerá un movimiento nacional.
Marcelo ya está definido. Mantiene una postura radical de
reventar el proceso en que ganó Claudia Sheinbaum. Si no le resulta eso,
seguramente integrará un movimiento progresista, como Camacho quiso formar un
partido de Centro democrático.
Después de la fiebre electoral del año próximo, Camacho
empezará a sentir el viento de desprecio que ya empezó a cosechar. Y quedará como
Camacho, como si lo hubiera chupado la bruja.
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