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viernes, 15 de agosto de 2008

Vigentes las demandas del movimiento del 68


Jose Luis Jara

La Ciudad de México se ha convertido en una ciudad transparente.
En el propio Centro Histórico, que ahora se podría decir el Centro Carlos Slim, la presencia de esmog ya no fue tan desafiante y agresivo. Los ojos ya no se irritan y la ciudad se puede contemplar de manera transparente, de tal suerte que nada se esconde, a pesar de las cientos de miles de personas que recorren incesantemente sus calles y banquetas.
Y como si fuera una parodia entre las palabras del indio yaqui Cajeme, antes como antes y ahora como ahora, y las cartas que dejaron los cronistas de los conquistadores, cuando hicieron referencia a la impresión que tuvieron los gachupines, encabezados por Hernán Cortes, al momento de entrar a la gran ciudad que los mexicas construyeron: antes como antes, según el cronista, predominaba el zumbido de las voces de la gente. Ahora como ahora, el zumbido se impone en charlas y gritos, en reclamos y protestas alzadas en su volumen con enormes aparatos de sonido que utilizan las manifestaciones sociales.
Eran las 12 horas con 45 minutos del sábado 26 de julio pasado. De acuerdo con el calendario azteca, la ciudad de México-Tenochtitlán cumplió exactamente 638 años de haber sido fundada.
En el zócalo se dieron cita los 169 pueblos originarios del DF. Llegaron ataviados con penachos de enormes y hermosas plumas, con copas que dieron aposento al copal, al incienso, que incinerados conjuraron una ancestral batalla de aromas, que se apaciguaban con los enormes tapetes de flores y aserrín, que se tejieron en la plancha del zócalo.
El tum tum de los tambores fue incesante, como intenso el silencio que se construyó en medio de ese murmullo, cuando los danzantes pidieron permiso a los puntos cardinales, para comenzar a danzar y continuar con los ritos al sol y las flores.
De acuerdo al calendario oficial, a las dos de la tarde de ese mismo día se cumplieron exactamente 40 años de cuando se celebró la primera manifestación universitaria que puso sus píes en el zócalo de la ciudad.
Antes de esta histórica movilización, ninguna, salvo las que se protagonizaron en la revolución mexicana y los desfiles oficiales de la CTM, se había plantado frente a Palacio Nacional para gritarle al presidente de la república.
A las dos de la tarde de este 26 de julio se reunió un pequeño grupo de personas frente al Hemiciclo a Benito Juárez. Estuvieron encabezados por algunos integrantes del Consejo Nacional de Huelga que se formó en el movimiento social de 1968 y que acudieron a este lugar para poner una placa conmemorativa por los 40 años de aquella manifestación, que concluyó en el zócalo. En este lugar se juntó con otra manifestación que llegó para celebrar el triunfo de la revolución cubana. Y la combinación de estos elementos, provocó la represión y una reacción social, que algunos analistas sostienen que estos sucesos del 68 fueron el parteaguas en la historia política de México.
Uno de esos dirigentes aceptó platicar con el reportero de Caracol. Se trató de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, que representó a la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo ante el Consejo Nacional de Huelga.
Cervantes Cabeza de Vaca fue encarcelado en Lecumberri en 1968 y salió hasta 1971.
-Hace 40 años estabas aquí. ¿Ves las cosas igual? –se le preguntó.
-Mira, es importante porque estamos a 40 años del movimiento del 68 y las demandas siguen vigentes. Ha llegado un momento de reflexión profunda sobre el movimiento del 68, pero no para quedarnos en el pasado, reflexionar en él y ver el futuro.
-Dices que siguen vigentes las demandas…
-Muchas de las demandas de aquel entonces, ahora son vigentes. Teníamos varias demandas: indemnización por las muertes y heridos por la represión gubernamental. Exigíamos la desaparición de los cuerpos de granaderos y todavía siguen. Exigimos la renuncia de los jefes policíacos y sobre todo el derecho a la información de los hechos, porque se ocultó y muchas cosas permanecen oscuras.
Cervantes Cabeza de Vaca abundó sobre el tema de la información y la comunicación: El derecho a la información sigue siendo una demanda en la actualidad. Los medios de comunicación siempre dan a conocer la información que conviene a los funcionarios de gobierno. No dan a conocer lo que realmente preocupa o necesita la sociedad. Y tienen una política bastante agresiva contra los medios alternativos, sobre todo a las radios comunitarias con la ley de radio que aprobaron.
-¿Pero consideras que estamos igual que en el 68?
-Creo que este país ha logrado un poco más de libertades, pero no las suficientes para decir que México es un país democrático.
-¿Cómo entra la consulta ciudadana sobre el petróleo en el escenario fincado en el 68?
-Es lo que te digo. Hay una poca mas de libertad. Pero es muy importante esta jornada porque puede participar todo mundo en un asunto que atañe al sentido de la nación. Cuando se dio la privatización de Teléfonos de México, de la Mina de Cananea, no se consultaba a nadie y ahora, cuando se quiere privatizar PEMEX hay una denuncia social muy grande.
-¿Qué me dices de la transición democrática?
-Los partidos en México han creado la famosa partidocracia. No responden a la sociedad. Tan es así que vemos la elección presidencial de 2006 donde obviamente Calderón no la ganó. Eso está demostrado en el libro de José Antonio Crespo Las actas hablan. Se dijo en el Trife (Tribunal Federal Electoral) que se abrieran más de 60 mil casillas para darle certeza a la elección. Pero el IFE solamente abrió 10 mil. En esas 10 mil casillas se encontraron más errores que la diferencia de votos del que supuestamente ganó la presidencia. Y sin embargo, el poder se apropió de la presidencia y el señor Calderón no es un jefe legítimo de la nación.
-¿De la izquierda…?
-Mira, hay que saber diferenciar, porque la gente del PRD que está en la cámara no tiene la autoridad suficiente para decirse de izquierda y no podemos decir que la izquierda está representada en la cámara.
-¿Por qué?
-Los chuchos no son de izquierda. En la elección interna del PRD quedaron gente que no son de izquierda, porque no actúan como gente de izquierda.
-¿Y el movimiento de resistencia civil pacífica, de López Obrador…?
-López Obrador es el que tiene más clara la situación, porque ha hilvanado los movimientos que se organizaron por todo el país. ¿Pero qué sucedería si desgraciadamente, por cualquier causa muriera Andrés Manuel López Obrador? ¿Qué le pasará a un movimiento que no se hilvanaba completamente, que no tiene una organización permanente? Andrés Manuel quedaría en el recuerdo de un baluarte histórico.
-¿Entonces qué le falta?
-Sería muy diferente al de un movimiento que se estuviera hilvanando, organizando, amarrando, que tuviera con diversos congresos alternos en los estados, un congreso nacional alterno, presidentes municipales alternos, que no ganaran dinero que fueran nominales, pero que estuvieran haciendo la nueva constitución.
-¿Pero podríamos creer que López no se da cuenta de eso?
-López Obrador está tratando de hacer eso, pero no tiene gente operativa en una misma columna para organizar a la gente. La resistencia civil es un movimiento espontáneo hasta cierto punto.
El acto en que se dieron cita los ex integrantes del Consejo Nacional de Huelga del 68, fue para celebrar el 40 aniversario de aquella manifestación que tuvo la osadía de llegar al zócalo de México.
En este lugar, igual que hace 40 años se conjuntaron los protagonistas de aquellas manifestaciones. Los que salieron a celebrar el inicio de la revolución cubana y los que salieron a celebrar la primera manifestación política del 68, que en aquel tiempo provocó un paro de labores de varias escuelas. Los granaderos y el ejército en aquél entonces, entraron con la punta de la bayoneta a esos centros educativos. Para lograrlo, la represión llegó al grado de utilizar una bazuca para destruir la puerta de la preparatoria 1 en San Ildefonso.
Este día en el zócalo de la Ciudad de México se conjugaron varias manifestaciones. Y en el fondo, del lado de la catedral metropolitana, sobresalía una manta enorme y colorida que plasmaba la figura de un caso emblemático en las calles del DF y en las manifestaciones políticas radicales.
En la manta estaba pintado el cantante que dijo que con sus manos había labrado la carretera que va de Hermosillo a la calle 12. Con una boina y una guitarra en sus manos resaltaba la figura del cantante guerrillero, José de Molina.
Era parte de la manifestación que se había convocado para celebrar el inicio de la Revolución Cubana, igual como lo hicieron hace 40 años, cuando estos mismos dirigentes se mezclaron con los líderes del 68 para formar un cóctel social que indudablemente fue un parteaguas en la historia de México.

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