Un gasolinazo en la pradera

Las movilizaciones contra el gasolinazo apenas comienzan. Los reportes vienen de todas partes del país. Desde Mexicali hasta Veracruz, en el Estado de México, Veracruz, Morelos, Oaxaca, muchos más puntos y, por supuesto, en Sonora, donde compañeros y compañeras de la sociedad civil se han dado a la tarea de encabezar las protestas.
Para estar al tanto de estas actividades, le recomendamos la página de feis de Vigilia Sonora, donde el compañero Cayetano Lucero está realizando un excelente trabajo como periodista civil, totalmente independiente delas organizaciones partidarias y gubernamentales.
Se han tomado las oficinas de hacienda estatal, se han recuperado las casetas de peaje. Digo recuperado porque los compañeros han dejado pasar a los automovilistas sin que paguen un centavo por transitar por estas carreteras.
Dentro de esta ola social que se está desatando, es importante señalar que este movimiento tiene una pata coja. No lo digo para desprestigiar al digno movimiento. Lo digo porque es necesario levantar la mirada hacía otros sectores que han sido brutalmente golpeados por este gobierno de usurpadores. No lo digo por los compañeros del Movimiento 5 de junio, porque ellos se han puesto la camiseta y están plenamente decididos a arriar esta bandera que le pertenece al pueblo.
Lo digo para que a estas movilizaciones se convoquen a los maestros de la CNTE, a los ciudadanos del magisterio que nos han dado unas excelentes cátedras de civismo al defender el artículo tercero de la Constitución Mexicana. A ellos que han sabido defender nuestro derecho a la educación.
Lo digo también por los normalistas de Ayotzinapa y de todo el movimiento de solidaridad que se generó en su entorno. Ellos han sido las víctimas más pisoteadas en su dignidad y cuya solidaridad se encuentra por todo el planeta
Lo digo por todos los movimientos sociales que han sido golpeados y se han visto en una lamentable suerte de ausencia de solidaridad efectiva, pero que son víctimas del mismo gobierno
Unámonos todos. Pero mucho ojo con los esbirros, esos que quieren llevar agua a su molino político; esos que votaron por las reformas y, ahora, quieren presentarse como redentores cuando su lugar ha sido la traición.