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miércoles, 30 de abril de 2025

El Río Sonora bajo amenaza con la construcción de 3 presas: especialista para el pueblo: el río Sonora bajo amenaza

Podría especularse —y con fundamento— que el plan del gobierno de Sonora para construir tres presas en la cuenca del río que da nombre al estado no tiene como destinatario principal a la población sedienta, sino a la voraz industria minera que desde hace décadas extrae más que metales: extrae vida, agua y futuro. Este plan hídrico, vestido con el ropaje de una solución al abasto del vital líquido, podría en realidad ser el verdugo de una agricultura ya debilitada, la lápida que entierre el desarrollo productivo y comunitario de las tierras fértiles que se extienden a la vera del río Sonora.
La sospecha no surge del aire ni de una imaginación encendida: ha sido alimentada por voces autorizadas, estudiosos del agua que han dedicado su vida a entender los ciclos, las necesidades y los límites de este recurso en el agreste territorio sonorense. Hidrólogos, climatólogos, geohidrólogos, especialistas en cambio climático, en ecología y gestión hídrica, incluso expertos en ciencias sociales y economía, han alzado la voz. Con argumentos científicos y datos en mano, enviaron una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum, con copia a la SEMARNAT y al gobernador Alfonso Durazo, advirtiendo de los peligros que entrañan dichas obras hidráulicas.
En entrevista para el espacio Cafeína Killer en Zoom 95.5, el maestro universitario y experto en estudios de calidad del agua, Antonio Romo, compartió un análisis que más que técnico, fue un llamado urgente a la conciencia pública. Lamentó que, en lugar de atender la legítima preocupación de quienes han estudiado el problema con rigor y profundidad, la presidenta erigiera como muro infranqueable la figura del propio gobernador. Una respuesta que no sólo desoye, sino que desacredita el saber acumulado y el compromiso ético de quienes defienden el agua como un derecho y no como una mercancía.
La entrevista al maestro Romo, disponible en nuestras plataformas, ofrece un panorama nada halagüeño sobre la construcción de estas presas. La preocupación, como agua estancada, se está oxidando en los oídos sordos de los funcionarios. Y mientras tanto, la cuenca del río Sonora podría estar siendo sacrificada en nombre del progreso mal entendido. Porque en nombre del agua, paradójicamente, se está gestando una sed más profunda: la sed de justicia, de verdad y de futuro.

Voces que resisten: la palabra de Miriam desde la Universidad de Sonora

En el corazón del edificio de Rectoría, bajo el cielo abrasador de Hermosillo, alzamos la cámara para captar más que palabras: captamos la dignidad. Miriam Ramírez, trabajadora de la Universidad de Sonora e integrante del Sindicato de Trabajadores y Empleados (STEUS), alzó la voz con firmeza y claridad. Su mensaje, lejos de los rodeos legales y de los tecnicismos vacíos, fue un llamado a la justicia laboral entendida desde el sentido común y el respeto a quienes sostienen con su trabajo cotidiano a la universidad pública.
La entrevista, realizada en medio de una concentración de trabajadoras y trabajadores en edificio de Rectoría, tuvo como contexto una jornada de lucha. Allí, se discutía la reciente resolución de un tribunal laboral que calificó de extemporáneo el proceso de revisión salarial del sindicato, invalidando con ello la posibilidad de que los trabajadores universitarios defiendan sus derechos laborales, como el de estallar una huelga prevista para el 30 de abril.
Para Miriam, esta determinación no es solo un revés legal, sino un golpe directo al corazón de los derechos laborales universitarios.
Durante la asamblea celebrada ese mismo día, el STEUS debatió a fondo la declaración de improcedencia de su demanda por incremento salarial y mejores prestaciones. Entre discursos encendidos y rostros de incertidumbre, floreció una certeza compartida: la lucha por condiciones dignas no se detiene con un fallo, y la palabra de quienes resisten tampoco.

"Nos están arrancando la memoria: Vecinos contra la remodelación de par...


En las entrañas vivas de Hermosillo, donde cada calle conserva el aliento de generaciones, se alzan las voces de Consuelo Flores y María Luisa Acosta. La primera, habitante entrañable de la Colonia Centenario; la segunda, asesora y compañera en la defensa de la colonia
La entrevista es más que testimonio: es una denuncia con rostro humano contra la remodelación del bulevar Hidalgo, emprendida por el ayuntamiento que encabeza Antonio Astiazarán.
Lo que para las autoridades es modernización, para estas mujeres es despojo. El parque, fundado en 1910, no solo guarda árboles y senderos, sino la historia viva de la comunidad. Las entrevistadas evocan, con voz firme y mirada herida, los días en que ese espacio era corazón verde del vecindario.
La protesta que narran no nace del capricho, sino del dolor. Hablan de una comunidad ignorada, de decisiones tomadas desde la distancia y de una plaza que representa más que un espacio físico. “Nos están arrancando la memoria”, parecen decir con cada palabra. El parque, insisten, no puede rehacerse con concreto: lo que fue sembrado con afecto no florece entre máquinas.
En las palabras de Consuelo y María Luisa vibra un llamado que trasciende lo local: la urgencia de escuchar antes de transformar, de respetar antes de destruir. En su resistencia habita una verdad profunda: que el progreso que olvida su historia no construye, sino arrasa.